Por Héctor Parra Rodríguez
Este domingo nos encontramos con la novedad que no pasaron los “camiones de la basura” y no hubo quién recogiera las miles de bolsas que se quedaron en las calles. Más tarde nos enteramos del paro laboral que hizo el personal de limpia del Municipio de Querétaro, ante el inminente riesgo de ser despedidos.
El Presidente Municipal Marcos Aguilar, apenas se reponía del susto del paro de policías de la semana antepasada, problema que nadie de su gabinete pudo resolver, hasta que tuvo atenderlo personalmente y acceder a las peticiones del personal policial, dadas las violaciones que en contra de ellos habían cometido los responsables del área administrativa y de mando jerárquico.
A menos de una semana de aquellos acontecimientos, surge otro movimiento al interior de la propia administración municipal; ahora se trata del personal de limpia, quienes temen ser despedidos después de que el ayuntamiento concesionó el servicio de recolección de basura a particulares.
El mismo presidente municipal declaró, cuando se dio ese acto comercial, que el personal de limpia seguiría en sus puestos, que no perderían su trabajo. Sin embargo la incertidumbre de los empleados se acrecentó ante el cambio de mando, dado que no estarían trabajando para el municipio, no, ahora lo harían para una empresa. De tal manera que eso es un atentado en contra de la estabilidad laboral de los cientos de personas que laboran en esa importante y delicada actividad: la limpieza de la casa de los queretanos.
En las redes sociales de inmediato se dio a conocer el suceso; en contrario, no hubo la delicadeza política o el “tino” político de informar por esas mismas redes a la población de lo que se está sucediendo, por lo cual no se “levantó” la basura que miles de queretanos dejaron por la noche del sábado, pidiendo a su vez a la misma ciudadanía que recogieran de nuevo sus bolsas de basura, a fin de evitar contaminación.
Nada, simplemente la autoridad municipal se quedó literalmente “dormida”. Parece ser que ni enterada estaba de los acontecimientos. Periodistas se dieron el gusto de difundir la nota, de subir fotografías del paro laboral del personal de limpia y la réplica de la información. Las redes volvieron a ganar la información, sea por particulares, sea por periodistas, ahí surgió la información ante el silencio de la autoridad.
Una vez más el área de información y de gobierno del Municipio de Querétaro, no le ayudó al Presidente Municipal, para detectar con tiempo la inconformidad de los empleados y evitar que estallara el paro laboral. Una vez más queda demostrado que no le son de gran ayuda estos servidores públicos a la administración pública municipal, dejan muestra de su inexperiencia, incapacidad o apatía ante los problemas.
Para colmo el Secretario de Administración se apersonó con los paristas para amenazarlos, intimidarlos, haciéndoles saber que la no recolección de la basura es un delito ¿Amenaza? Por supuesto. Pero no es un delito. Incapacidad manifiesta para negociar.
Tan sencillo que es hacerle saber al personal, que son sindicalizados, que no perderán su fuente de trabajo; y afirmar la aseveración por medio de un documento que sustente ese compromiso, con la firma de los responsables de la administración municipal ¡Asunto resuelto!
Y si no resuelven esta situación cuanto antes, en unas horas, el conflicto laboral y de basura, tenderá a crecer. El tiempo corre en contra de los responsables, que en el caso es la autoridad municipal. Hay quien afirma, ante estos acontecimientos de falta de gobernabilidad en la capital, que hay una guerra intestina entre aquellos que gobiernan, dado el paso acelerado de Marcos Aguilar, para intentar posicionarse en la carrera a la reelección o al Senado de la República ¿Será cierto?