Por Héctor Parra Rodríguez
Esta semana dio inicio el transporte gratuito para estudiantes de primaria de la zona norte de la ciudad, lo que seguramente abatirá el tránsito vehicular de la zona si se pretende transportar a 4,500 estudiantes. Buena acción del municipio de Querétaro, pero las cuentas alegres no salen.
Dijo el Presidente Municipal que son 10 autobuses y 3 camionetas las que ya están en operación. Ahora bien, cada autobús tiene un cupo aproximado de 40 pasajeros, por lo tanto solo podrán trasladar a 400 niños. Las camionetas de 3 hileras de asientos son para nueve personas y si entraron en operación 3 unidades, solo podrán transportar serán 27 niños.
Suponiendo que en el primer viaje se saturen los lugares para trasladarse a la escuela, solo podrán llegar a sus escuelas 427 menores en el primer viaje; ahora que, si en el transcurso del viaje bajan y suben menores para irse quedando en las escuelas de la ruta sean unas cuatro veces, estaríamos hablando del traslado de 1,708 niños.
Dado que hay horarios matutino y vespertino, habría que multiplicarlo por dos, así que, podrían trasladarse en un día 3, 416. Siempre y cuando los menores llenen los lugares al cien por ciento, de lo contrario el número de pasajeros tenderá a bajar.
En conclusión, parece que la cifra de 4 mil 500 estudiantes que se pretende trasladar en los camiones gratuitos será imposible de lograrlo.
La visión de apoyo a las familias de los menores es buena; abatir el uso del automóvil también es una excelente manera de mejorar el problema de movilidad que hoy sufrimos los queretanos.
El programa piloto se implementa en las zonas de Mompaní, Avenida Revolución y Cerrito Colorado, áreas sumamente pobladas de la pate nororiente de la Ciudad Capital; zonas marginadas. Los choferes deberán estar altamente capacitados, ser sumamente respetuosos de los menores, así como de las señalizaciones de tránsito –sobre todo la velocidad-, puntuales en llegadas y salidas; eso y más es necesario para lograr el éxito esperado.
Tal vez sea un anhelo llegar a los estándares del transporte público escolar de otros países, sin embargo no podemos perder de vista que son otras culturas, otras vialidades. No será fácil dejar a los hijos en manos de choferes desconocidos, sin que los padres de familia sepan si sus hijos llegaron o no a la escuela; es una incógnita saber si los choferes respetarán las paradas frente a las escuelas para que los menores bajen y entren de forma segura a la institución educativa.
El programa piloto ya dio inicio, auguremos éxito a un bien intento de la autoridad por resolver, al menos, dos problemas de movilidad. Esperemos que las autoridades hayan previsto todos los incidentes que pueden suscitarse en el camino de los hijos de la casa a la escuela. Nadie en su sano juicio deja a sus hijos en manos extrañas.
El Presidente Municipal afirmó que para el próximo año se incrementará la flotilla de camiones para trasladar a 60 mil estudiantes, lo que de suyo suena por demás ambicioso. Deseable que no sea propaganda política, que sea una realidad y eso se podrá constatar casi de manera inmediata.
Seguramente las autoridades habrán contratado seguros de cobertura amplia para considerar cualquier incidente vial el que pudieran participar los autobuses y los menores resultaren lesionados, no deben perder de vista ninguna de las incidencias que pueden presentarse, ninguna, por mínima que sea. Los menores que trasladarán los autobuses propiedad del municipio valen eso y mucho más.