Por Alberto Junco
En días pasado un buen amigo universitario me comentaba sobre un espectacular puesto en la UAQ que dice: “Recorten privilegios, no derechos”, y me dijo que estaba totalmente confundido respecto de quien había puesto ese cartel. Yo le comenté que seguramente fueron los funcionarios universitarios para manifestar su descontento por los recortes a la educación y que era un mensaje dirigido contra el gobierno federal.
Eso es lo que pensé en lo inmediato, ripostó el amigo universitario, pero la verdad es que con lo que están haciendo en contra del sindicalismo universitario y la incapacidad para gestionar más recursos para que nuestra querida UAQ no viva con el “Jesús en la boca” y no tenga que salir a la calle a mendigar apoyos, más bien pienso que es un mensaje de los universitarios descontentos con la política actual del SUPAUAQ y por la manera de conducir a la Universidad de parte del Rector y sus amigos de la izquierda voraz universitaria.
No hizo falta interrogar a mi amigo, pues continuó con lo que se convirtió en un aleccionador monólogo de lo que está ocurriendo en la UAQ. Si de privilegios se trata, me dijo, habría que acabar con los privilegios de algunos universitarios adictos a la Rectoría, que cobran sueldazos sin hacer nada más que controlar y amedrentar a la gente, habría que acabar con los privilegios de crear, sin nadie que se lo impida, puestos administrativos con sueldos exorbitantes para los amigos y como forma de pagar favores. Esos si son privilegios que deberían desaparecer en la UAQ.
Por el lado de los derechos, la izquierda universitaria voraz quiere quedarse a toda costa con el control del sindicato, no porque les interesen los trabajadores o la Universidad, sino porque esa es su forma de negociar algún puesto de diputado en las próximas elecciones estatales para uno que otro interesado de esa izquierda voraz. Por eso no les importa ensuciar el proceso de elección en el que perdieron el Comité Ejecutivo y ahora se aferran a él sin que les asista la ley ni el decoro, es más ni la vergüenza afirmó mi amigo universitario.
Ya entrados en los recintos universitarios del Cerro de las Campanas, se unió a la plática un compañero más que había escuchado parte de la conversación y se animó a mencionar que en la UAQ el derecho de acceder a las prestaciones de los contratos colectivos quedaba al libre arbitrio de las autoridades universitarias, con la complacencia del Comité que perdió las elecciones. Y como ejemplo, añadió, está el caso del recorte a la pensión de las viudas, la forma en que se asignan las plazas de tiempo libre y tiempo completo, los derechos establecidos para la capacitación de los profesores ha quedado en letra muerta.
La plática concluyó porque el amigo universitario llegó a la cafetería de Ingeniería, lugar dónde tendría una reunión con sus compañeros de trabajo y cuyo tema sería la carrera por la Rectoría del próximo año.
En fin, después de escucharlos, me dirigí a la esquina de Hidalgo y 5 de Febrero y, si me quedó muy claro: el mensaje está dirigido a las autoridades universitarias y a los aferrados del sindicato que no quieren perder sus privilegios, luego entonces, la frase “Recorten privilegios, no derechos”, es una demanda de la comunidad universitaria en contra de la forma en que se maneja la UAQ.