Por Héctor Parra Rodríguez
Los cobardes e incitadores ocultos tras el anonimato de las redes sociales, no lograron el objetivo de generar violencia en Querétaro; en contraste, salieron a las calles varios cientos de queretanos a manifestar su inconformidad en contra del alza a los combustibles.
Dos posturas antagónicas. La primera convocatoria –generar violencia y vandalismo- es ajena a la tradición de los queretanos. La segunda convocatoria es una manifestación clara al sentir y tradición de los queretanos, que se expresan pacíficamente por aquello que pueden considerar como algo no idóneo, como en el caso del alza a las gasolinas.
Las autoridades actuaron de inmediato. En San Juan del Río, lograron contener actos de vandalismo y fueron a parar a los juzgados cívicos más de una docena de vándalos que pretendieron aprovechar el enojo y abusar cometiendo delitos de robo, como ha sucedido en otros lugares de la República Mexicana. Y en la ciudad Capital, también se actuó con oportunidad, se detuvo a uno de los incitadores venido de otros lares y ya se buscan a otros.
De tal suerte que el fin de semana varios cientos de queretanos aprovecharon para salir a pasear en las manifestaciones, caminaron pacíficamente por Avenida de los Arcos, hasta llegar a Plaza de Armas, manifestando su molestia. Claro que se molestó a los automovilistas y transporte público que no pudieron circular con “normalidad”.
La autoridad siguió de cerca la pacífica manifestación sin que hubiese necesidad de intervenir. De tal suerte que el libre derecho a manifestarse, se respetó a cabalidad. Así funciona una democracia que quiera jactarse de madura; unos se manifiesta y otros respetan.
El domingo por la tarde el Secretario de Gobierno dio cuenta de los resultados de los acontecimientos. Nada grave que informar, más bien que todo estuvo en orden a diferencia con lo sucedido en otras latitudes.
La histeria colectiva que se presentó el pasado fin de semana sí es digna de analizar. Muchos cibernautas se creyeron eso de los desmanes que circulaban por las redes sociales, aseguraban que en algunas partes de la ciudad había sido saqueadas las tiendas, emulando lo sucedió en la ciudad de los malos ejemplos: CDMX, en donde no necesitan pretextos los anarquistas, los colectivos y oportunistas para salir a las calles y generar pánico; hay quienes viven de eso, al primer llamado salen como en manada o jauría a causar daño a terceros.
En Querétaro, los queretanos somos diferentes. Sin embargo debe advertirse que, debido a la incorporación masiva de costumbres venidas de otros estados, estamos en riesgo de cambiar nuestras tradiciones; hay quienes, sin principios ni educación, llegaron precedidos de violencia, de actos vandálicos, de malas costumbres y pretenden continuar con esa conducta, de ahí que las autoridades deben poner y mostrar el orden y la tranquilidad a la que estamos acostumbrados.
El capítulo de la molestia e inconformidad por el incremento a los combustibles apenas empieza. En Estados como Jalisco, su gobernador inició con la aplicación de varias medidas que pretenden amortiguar el golpe. Por ejemplo, el no incremento a las tarifas del transporte; recorte del 50% del presupuesto a las gasolinas, entre otros.
Legisladores federales nada han dicho al respecto. De ellos dependió la aprobación tanto de las reglas de la liberación del precio, como su aplicación. El Poder Ejecutivo, simplemente las aplica. En caso de ceder a las presiones políticas, los 433 mil, 890 millones de pesos que se piensa recaudar en el 2017 por concepto del IEPS ´por la venta de combustibles ¿Cómo sustituirían ese ingreso? ¿Los programas sociales en beneficio de los más pobres se suspenderían? La solución de no es nada sencilla.