Por Héctor Parra Rodríguez
Después de la unilateral y sospechosa rescisión del contrato de concesión de los parquímetros y bicis compartidas, regidores y diputados priistas ahora demandan la misma acción para con el contrato de recolección de la basura que no ha funcionado con la misma eficiencia con que los hacían los empleados municipales.
La –al parecer- irregular rescisión del contrato que esperaba producir más de 600 millones durante los 15 años de vigencia –causó muchas molestias- fue sorpresivamente anunciada por el presidente municipal, como él lo dijo, habiendo tomó la decisión personalmente y da por terminado el jugoso contrato por incumplimiento de la empresa, lo que le mereció el aplauso de muchos y el rechazo de otros tantos que sí estaban de acuerdo con la pretensión de ordenar la zona de estacionamiento en las calles del Centro Histórico.
Hasta hoy los representantes legales del municipio de Querétaro nada han dicho, ellos son los que tiene la facultad legal para la realización de actos jurídicos en representación del municipio en conflicto litigiosos. El asunto administrativo de pronto lo vuelven un tema político que es enarbolado por el Presidente Municipal Marcos Aguilar, anunciándolo como un triunfo que vino ayudar a los bolsillos de los queretanos, asunto que ha trascendido en otro gasto a cargo del erario municipal: la publicidad en medios de comunicación, en la que se pondera como positiva la acción del presidente.
Ante el supuesto logro, que ha levantado grandes olas en el medio social y político, ahora los priistas aprovechan la “ola” y se suben a la cresta para pedir –aprovechando el viaje- que se “cancele” el contrato de la recolección de la basura, debido al deficiente e ineficiente servicio que viene prestando la empresa que ganó la licitación. Los regidores priistas fueron cómplices en el ayuntamiento de la aprobación, sin embargo ahora se quejan de no tener información alguna sobre los detalles del contrato y la negativa de los servidores públicos de brindarles información sobre el cumplimiento del susodicho contrato de concesión. Algo por demás irregular, las negligentes autoridades deben darles toda la información que requieran los regidores, salvo las excepciones establecidas en la ley. Como protesta a estas actitudes, los regidores debieran dejar de cobrar y muchos aplausos obtendrían, pero mi pensamiento es simple ficción que se aleja de la realidad.
Cualquier oportunidad, por mínima que sea, los políticos buscan la manera de obtener simpatías de la ciudadanía. En poco tiempo el electorado votará por nuevas opciones -del cambio- de servidores públicos que hoy ocupan cargos de elección popular. Ese es y no otro, el objetivo del conflicto en el interior del municipio de Querétaro, acomodarse en las preferencias. Unos pretenden corregir los errores y otros evidenciar esos errores de los cuales también son copartícipes.
Errores y problemas administrativos y legales, son puestos a debate en el ámbito público cargados de interés político, buscando sacar “raja” tanto unos como otros. Los serios problemas que afectan a los capitalinos y al erario municipal son trastocados por personas que desconocen el entramado legal y en ese pantanoso terreno todo puede suceder; sí, podrían perder los juicios en caso de litigios. Eso poco importa, lo trascendente es el efecto positivo o negativo que pueden causar en el ánimo de los capitalinos. La batalla y el escudo de los posicionamientos en defensa de los queretanos son acaparados por panistas y priistas. Más ahora ante el temor del probable crecimiento de los morenos que poco a poco se unen -independientemente del credo político- en la búsqueda de derrocar al bipartidismo.
Lo que ya está en juego son las próximas elecciones, así como los cargos de elección popular que afanosamente son disputados para posicionarse en la preferencias de los futuros electores para “ganarse” anticipadamente las candidaturas aquellos que seguramente estarán en las boletas electorales. Los panistas buscan la reconciliación ciudadana ante tantos errores de la administración municipal. Al tiempo. Ese es el fondo del asunto, no les importa el buen funcionamiento de la administración municipal en beneficio de los gobernados, eso solo el medio para llegar al fin: continuar en los cargos públicos.