*Por Héctor Parra Rodríguez
Guadalupe Murguía Gutiérrez, presidenta de la Cámara de Diputados de la LXIII Legislatura Federal, fue llamada a la mesura por el dirigente estatal de su partido José Báez, ante su “auto destape”, para ser candidata al senado o a la presidencia municipal de Querétaro.
Murguía primero criticó a Marcos Aguilar Vega, por la serie de problemas que este ha tenido en su gobierno por aquello de la recolección de la basura, los parquímetros y la calle de Ezequiel Montes. El mismo Presidente Municipal, tuvo que aguantar y referirse a Guadalupe como una brillante mujer.
Guadalupe Murguía se refirió exactamente a lo mismo que han criticado sus compañeros de bancada en la Legislatura Federal, tanto Armando Rivera como Gerardo Cuanalo. Los tres curiosamente coinciden en que Marcos Aguilar no está haciendo un buen gobierno y debe escuchar a la gente. La fricción, aunque no trascendió a mayores, sí frustró lo que sería la primera reunión de trabajo entre ambos panistas.
Dado que Murguía se encuentra de vacaciones por aquello del receso del periodo legislativo, vino de turista política a Querétaro. También promovió a su dirigente nacional, Ricardo Anaya, al calificarlo de inteligente, recordando su padrinazgo, al manifestar que han sido compañeros de trabajo y que se ha preparado para actividades importantes; dijo que Ricardo sería un buen candidato a la Presidencia de la República, por su partido.
Querétaro ha sido refugio de Guadalupe Murguía, en todos los sentidos. Cuando llegó del DF, el gobierno de Enrique Burgos-priista- la acogió dándole empleo en la Secretaría de Gobierno, siendo su jefe Jesús Rodríguez Hernández. En poco tiempo escaló todas las oportunidades jamás imaginadas; secretaria del ayuntamiento con Garrido, ex compañero de estudios; después Secretaria de Gobierno y Secretaria de Educación. En poco tiempo de haber llegado a Querétaro, escaló cargos importantes en gobierno del Estado. Cuando parecía que había pasado su mejor momento, su amigo Ricardo Anaya, la impulsó como diputada plurinominal y hoy es la Presidenta de la Legislatura Federal.
Por eso ahora se promueve como aspirante al senado o a la presidencia municipal de Querétaro. Seguramente ya imagina que puede llegar a la gubernatura del Estado, como lo hiciera su amigo Garrido Patrón, quien también, salido de la nada, al poco tiempo de arribar a Querétaro, se apoderó del Comité Directivo estatal del PAN, presidente municipal y gobernador.
La desesperación por el nuevo cargo político les gana y se adelantan a los tiempos, a pesar de la prohibición que existe en la las normas electorales, tanto estatal como federal. Total, si Amlo anda en campaña, nada pasa si manifiestan sus aspiraciones anticipadamente -sin dejo de vergüenza- para el próximo cargo de elección popular. Pero ¿Qué pasa con Armando Rivera, Marcos Aguilar, Alfredo Botello, José Báez, Luis Bernardo Nava, Ricardo Tamborrel y otros tantos panistas que también aspiran a esos cargos? El mismo gobernador debe impulsar a su gente para fortalecer a su equipo para cuando a él le toque entregar cuentas; el gobernador Francisco Domínguez, también tiene a sus delfines, pero con los adelantados las cosas se complican. De ahí que el mismo gobernador no estuvo de acuerdo con parte de lo declarado en días pasados por uno de los panistas “distinguidos”. Bueno, incluso hay quienes, ante las fuertes disputas entre panistas por la candidatura a la Presidencia de la República, piensan que Francisco Domínguez, podría ser el “caballo negro”.
El presidente de la Junta de Coordinación Política de la LVIII Legislatura local, también se lanzó y dijo apoyar a Ricardo Anaya; este también es aspirante a otro cargo, forma parte del grupo que creó Garrido Patrón, cuya cabeza visible es el mismo Ricardo Anaya, de ahí que apoyara la propuesta de Guadalupe Murguía.
La suma de posiciones de los adelantados da una visión clara al gobernador de aquellos que son del grupo de Anaya y no de su grupo. Por eso Pepe Báez, les habló claro –nadie le hace caso- a los desesperados y les pidió mesura. A tres meses y medios de que inicien los procesos electorales, es evidente que los tiradores a nuevos cargos de elección popular ya están formados para levantar la mano y “agandallar” las candidaturas.
Y a todo esto ¿Qué opinarán en México de estos desesperados? Los tiempos han cambiado y también se ha impuesto el dedazo en el PAN. Sus procesos democráticos para elegir candidatos quedaron en el olvido, por eso la inconformidad de Felipe Calderón. La prueba más clara de las imposiciones fue Josefina Vázquez Mota, quien sin proceso interno electivo, Ricardo Anaya la impuso como candidata al gobierno del Estado de México, y todo indica que perderá el próximo 4 de junio ¡Los tiempos cambian y las personas también!