TRAS LA VERDAD: ANAYA EL CANALLA SE «AMLOIZA»

Por Héctor Parra Rodríguez 

 

Ricardo Anaya Cortés, festinaba ayer domingo el triunfo de tres de cuatro elecciones, Nayarit, Coahuila y Veracruz. Adelantaba triunfos que las autoridades electorales no habían avalado por medio del Prep. Endilga la catástrofe electoral a la que arrastró a su partido en el Estado de México, y responsabiliza al estado por la pérdida de la elección. Total que la soberbia le ha ganado una vez más de dirigente nacional del PAN. 

Ayer por la noche tanto Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle, responsabilizaban a Ricardo Anaya, de la catástrofe en el Estado de México, se fue hasta el cuarto lugar, después del PRD. Todo por la necedad de Anaya al imponer a Josefina Vázquez Mota,  cuando que los panistas tenían mejores candidatos para competir, como José Luis Durán Reveles, Juan Carlos Nuñez Armas, Juan Rodolfo Sánchez Gómez y Laura A. Rojas Hernández. El dirigente estatal Víctor Hugo Sandón, presidente del Comité Directivo Estatal, lo dijo en su momento, reconoció que Josefina Vázquez no figuraba. Y así Anaya la designó directamente sin consulta ni elección. 

La consecuencia es que el PAN se fue al cuarto lugar, después del PRI, Morena y PRD. La frustración al fracaso hace que Ricardo Anaya busque culpables de su derrota personal; ese es el verdadero Ricardo, quien ahora se amloiza y desconoce los resultados con el fatuo argumento de que, Josefina perdió por culpa de la campaña de desprestigio que instrumentó el estado en su contra ¡Por favor! Los mismos panistas culpan al canalla de Anaya por adoptar la postura intolerante de imponer candidatos, para después arrogarse los triunfos, dado que su mayor interés es la candidatura a la Presidencia de la República, por eso ahora le urge encontrar responsables de la debacle en el Estado de México. Margarita culpa a Anaya de la derrota y dijo, no debe minimizar o sucedido en el Estado de México; Anaya no dejó participar a los grupos, decidió sin consulta alguna; en campaña no hubo nada claro por parte de Anaya. Margarita se le fue duro en contra de Anaya quien construye su candidatura. No son tiempos de Ricardo, son tiempos del PAN. Debe haber claridad en las cosas y Anaya no actúe con parcialidad. 

Pasada la cruda del supuesto “triunfo virtual”, varias horas después, Anaya se enteró que tampoco ganó la elección para gobernador en el Estado de Coahuila, por lo cual ahora se inconforma con el Instituto Electoral de ese estado; cuando que fue el INE el responsable, por medio de los integrantes de las mesas directivas de casilla, de recibir los votos y computarlos, enviando los paquetes electorales a sus respectivos órganos distritales que deberán sesionar el miércoles próximo para llevar a cabo las sesiones de cómputo distrital para después, el domingo siguiente llevar a cabo el cómputo estatal. Pero no, Anaya ya queja y se “jala los pelos” debido a que el PRI y sus aliados le ganaron por poco más de dos puntos porcentuales en Coahuila. 

Anaya y sus aliados ya preparan la ofensiva en contra del Instituto Electoral de Coahuila, para acreditar, dicen, la serie de anomalías que se vivieron para que el PRI y rémoras ganaran la elección; todo hace suponer que pretenden llegar a la disputa judicial. Por lo pronto la cara de felicidad y soberbia que había mostrado Ricardo Anaya el domingo pasado, desapareció como por arte de magia; para transformarse en una sonrisa irónica acompañada de una mueca de coraje. Y cómo no va a estar molesto Anaya si se le está yendo de las manos la candidatura de su partido a la Presidencia de la República, tal cual lo hace Andrés Manuel López Obrador, con la enorme diferencia que él no es el dueño del partido y sí lo es Amlo. Anaya no es el “santón” del PAN y sí lo es de Morena Andrés Manuel. Hay una enorme diferencia entre estas dos personas; uno de ellos es dirigente, el otro el el líder, el caudillo sin rienda que lo contenga. 

No le sucede lo mismo lo acontecido en Nayarit o en Veracruz, ahí si le es creíble el trabajo electoral, ahí si ganó el PAN en alianza con el PRD. De tal suerte que le sucede lo mismo que al PRI, sin alianza no hay triunfo que festejar. Muy diferente con el caudillo de Amlo, ese fue solo y solo obtuvo buenos resultados electorales. Aunque también, bajo la misma tesitura, está molesto e inconforme con el resultado en el Estado de México, donde él perdió la elección, no Delfina Gómez, tomando en cuenta que Amlo hizo el 60 por ciento de la campaña y el resto la candidata. López Obrador hizo la precampaña a la Presidencia de la República, por eso su enorme molestia, por eso vuelve a mandar al “carajo” al IEEM. Por supuesto también hará movilizaciones e impugnará los resultados del cómputo estatal para buscar revertir el triunfo que ya se saboreaba. 

Hasta ahora más de alguno ya propone el conteo de voto por voto, pero la ignorancia electoral los rebasa, toda vez que si bien en la elección de Felipe Calderón no existía la figura del recuento administrativo, ahora si está previsto en la ley electoral y la contenciosa, contemplan ese recuento cuando la diferencia entre el primero y segundo lugar no rebasa el uno por ciento ¿Será que temen perder en la mesa la elección? Seguramente así es, por eso prefieren las movilizaciones el canalla de Anaya y el eterno perdedor, quien debido a la derrota electoral en el Estado de México, ve como se le aleja la posibilidad del triunfo en el 2018. 

Una vez más los políticos mexicanos dan muestra de su total inmadurez; si ganan una elección, reconocen a las instituciones; ¡Ah! pero si pierden los comicios, los calificativos de denuesto de esos “demócratas” en contra de los órganos electorales se llenan de vituperios. Vaya doble moral de nuestros políticos. Del PRI no hay mucho que decir, el tibio y timorato de Enrique Ochoa, dirigente nacional, dice el dicho popular: “ni picha, ni cacha, ni deja batear”. 

Conclusión. Los partidos políticos si no van acompañados, pierden; las coaliciones electorales se han vuelto indispensables para ganar elecciones; la soberbia de Amlo le impidió ganar en el Estado de México y probablemente el los otros estados, cuando quiso poner de rodillas a las izquierdas para que se sumaran a “sus candidatos”, no sin antes buscar los consensos para las coaliciones; por culpa de los “paleros y subordinados de la mafia del poder”, no ganó ninguna de las tres gubernaturas; Alejandra Barrales, dirigente del PRD, prefirió la alianza con la oposición de la derecha, antes que subordinarse a una coalición de izquierda.

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