Por Héctor Parra Rodríguez
Querétaro también tiene ciudadanos sin partido que pretenden contender en las siguientes elecciones locales constitucionales. Vencido el plazo para el registro de las manifestaciones de intención a ser candidatos independientes hubo 56 registros, según la lista que fuera distribuida.
Para los ayuntamientos registraron su intención de ser candidatos 36 ciudadanos y ciudadanas. Ahora veremos si son capaces de cumplir con los requisitos que exige la ley electoral. Seguramente varios correrán la suerte de quedarse en el camino al no cumplir con las exigencias legales, sobre todo las referidas a la consecución de las firmas y documentos de apoyo ciudadano.
Quieren ser diputados 20 ciudadanos y ciudadanas sin partido, habiendo registrado su intención para 10 distritos locales de los 15 que integran la geografía electoral queretana. Proporcionalmente son las mismas trabas legales para conseguir las candidaturas.
Sin embargo, analizando el caos que podría generarse cuando en la práctica miles de electores podrían registrarse para contender, a fin y al cabo es un derecho consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se debe ser muy cuidadoso en el cumplimiento de la norma. Para contender se debe reunir, además de los requisitos legales, aquellos que pueden hacer la diferencia sustancial para ocupar los cargos de elección popular, como es la experiencia, la capacidad, la honestidad, la entrega, la ética y el conocimiento en la materia, para entregar buenos resultados y no incurrir en el vicio y abuso que cometen algunos candidatos de partidos políticos, muchos de ellos son verdaderos delincuentes, pillos ignorantes y corruptos y a pesar de ello, llegan a ocupar los cargos para abusar cuando están en el desempeño. Eso debe evitarse y no car en la búsqueda de la aventura por el simple hecho de querer acceder a ocupar el cargo en razón a que la ley se los permite. La libertad sin responsabilidad es una desvergüenza.
En la lista de pretensos encontramos algunos nombres de personas conocidas social y políticamente por distintas razones. Otros apelativos son desconocidos, al menos a nivel estatal, tal vez en sus lugares de origen sea otra cosa. Podemos señalar nombres de aspirantes conocidos y respetados como los de Leopoldo Bárcenas Hernández, Raúl Reyes Gálvez, Alicia Colchado Ariza, Pablo Vázquez Ferruzca, Rebeca Mendoza Hassey y Luis Gabriel Osejo Domínguez, entre otros. Seguramente algunos lograrán cubrir las obligaciones legales, otros se quedarán en el camino. Las listas completas de pretensos las puede encontrar en la página electrónica oficial del IEEQ.
De los nombres de aspirantes a que me he referido y otros más cuyos apelativos se enlistan con la intención de competir, inferimos que podrían no solo dar la batalla electoral; también son acreedores de las virtudes que deben reunir aquellos que pretendan ocupar cargos de elección popular. Es fundamental hacer la diferencia entre los candidatos emanados de los partidos y los que de alguna manera podrían representar a la sociedad civil; sí, esa sociedad cansada del político tradicional que solo ocupa los cargos para representar a sus partidos y no a la sociedad, que solo buscan beneficios personales y no sociales; esa debe ser la piedra angular que denote la diferencia para que los electores, en su momento, depositen la confianza en las candidaturas ciudadanas. De lo contrario irán directamente al fracaso político y a la desilusión de la ciudadanía. Veremos si algunos partidos son capaces de presentar mejores perfiles de sus candidatos.
Entretanto, los partidos políticos se encuentran en periodo de decidir los métodos de designación de sus candidatos, quienes seguramente no serán electos por las bases, las dirigencias perderían el control sobre ellos; también se inventan otra clase de designaciones directas acordes con sus estatutos, pero siempre bajo la dirección, control y supervisión de las dirigencias para impedir el paso de militantes incómodos que no podrían controlar de llegar a ganar la elección.
En algunos casos los partidos políticos irán en alianza electoral, lo que les permite doblegar los estatutos y por acuerdos cupulares designar las candidaturas, como suele suceder con los plurinominales, eso les facilita más las cosas a las dirigencias locales y federal. El “Frente Político de Anaya”, está a la espera de los tiempos procesales para, por lo pronto, los tres partidos que lo conforman, decidan internamente lo que menos problemas les cause, después podrán modificar los procesos de designación acorde con lo que determinen los convenios de coalición, por eso nada les preocupa en estos momentos. El supuesto “Frente Ciudadano” literalmente cooptado por los dirigentes de los tres partidos políticos, es una farsa semántica, pretender hacer creer que en realidad es un “Frente Ciudadano”, cuando en verdad ese Frente se conforma por políticos que viven de la política, los que se dicen profesionales de la política. Esta táctica de pretender engañar al electorado con un “Frente Ciudadano”, también lleva la encomienda de desinflar a los candidatos ciudadanos al intentar engañar al electorado para que voten por ciudadanos y no por políticos, lo cual será una engañifa electorera del Frente. En algunos casos serán contiendas interesantes entre ciudadanos y políticos ¿Quiénes serán apoyados por el electorado, los ciudadanos o los políticos? Mucho dependerá de la calidad de cada competidor.