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*El ITDP calificó a Querétaro como la tercera ciudad más ciclista de México
A través de un comunicado el Observatorio Ciudadano de Movilidad emanifestó una gran preocupación por el hecho que, a más de un año de iniciada la presente administración municipal, la infraestructura ciclista en el municipio de Querétaro exhibe un abandono total.
«El ranking Ciclociudades del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), por sus siglas en inglés) en su edición 2019 calificó a la ciudad de Querétaro como la tercera ciudad más ciclista de México y la de mayor avance respecto de mediciones previas, en donde uno de los criterios de evaluación eran los kilómetros de ciclovías; con profunda tristeza vemos que la infraestructura dedicada al desplazamiento de personas en bicicleta se está deteriorando a pasos agigantados, muestra inequívoca del desinterés de nuestras autoridades municipales en fomentar medios de transporte distintos al automóvil».
Este desinterés aseguran, se manifiesta no sólo en el nulo mantenimiento dado a las ciclovías existentes, sino también en la indolencia municipal exhibida en bacheos y reencarpetamientos en sitios donde hay una ciclovía, ya que luego de concluído el trabajo, no se repone la señalética, bolardos, vialetas, boyas divisorias ni la pintura, fundamentales para segregar el tránsito y separar a los ciclistas de los autos, brindando cierta seguridad en el uso de la calle y que ayude a los automovilistas a identificar mejor las trayectorias ciclistas, evitando interactuar con los usuarios vulnerables y reduciendo los riesgos de colisión.
Reconocen que en su momento el municipio de Querétaro había iniciado un importante esfuerzo en dotar de infraestructura ciclista a sus vialidades, lo que permitía que los automovilistas, aunque en principio renuentes a ellas, se acostumbraran a su presencia y fortalecieran la cultura de respeto a los ciclistas, en concordancia con la pirámide de movilidad expresada en el nuevo Reglamento de tránsito del estado de Querétaro.
Sin embargo, señalan que al eliminar de facto las ciclovías, se incrementa el riesgo vial de quienes eligen este medio de transporte para realizar sus traslados y desincentiva a los potenciales usuarios que podrían sentirse atraídos a utilizar este medio de transporte.
Manifiestan que si la misma autoridad induce una percepción de inseguridad vial al eliminar las ciclovías, los usuarios potenciales y actuales optarán por otras alternativas, una de las cuales puede ser la adquisición de un auto y el consecuente aumento de la congestión.
«Una ciclovía no es un detalle arquitectónico cualquiera; es el reconocimiento que hace la ciudad a las bondades que ofrece el transporte urbano en bicicleta: viajes más económicos, menos congestionamiento vial, menor contaminación del aire, menor estrés urbano, mayor fomento del activamiento físico y mejor convivencia urbana».
Sin mencionar, refieren, el mensaje implícito de democracia y equidad: con esta infraestructura, la ciudad brinda el mismo respeto al usuario de la calle que se transporta en un vehículo de dos mil pesos, como la bicicleta, a uno que se transporta en un vehículo de un millón de pesos, como algunos autos deportivos