*La Fiscalía acusa al que fuera el máximo responsable de la investigación de los 43 estudiantes de desaparición forzada, tortura y obstrucción a la justicia
El que fuera fiscal general de México durante una de las peores tragedias que se recuerdan, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014, ha sido detenido este viernes. La Fiscalía acusa a Jesús Murillo Karam de desaparición forzada, tortura y obstrucción a la justicia por el caso de los jóvenes. El exfiscal ha sido capturado un día después de que la Comisión para la Verdad, un comité creado para aclarar lo sucedido esa noche del 26 de septiembre, concluyera que la persecución y secuestro de los estudiantes de Magisterio, así como una cadena de negligencias en la investigación, constituyó “un crimen de Estado”. Murillo Karam, la cabeza visible de la gran cantidad de errores denunciados, que han impedido acceder a la verdad y la justicia desde hace ocho años, es el primer político de alto nivel que se sentará en el banquillo por el caso que cimbró el Gobierno de Enrique Peña Nieto (de 2012 a 2018).
La captura del exfiscal se ha ejecutado un día después de que la Comisión señalara a autoridades federales del más alto nivel como “omisas y negligentes”. El subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, que presentó las conclusiones sobre el caso Ayotzinapa el jueves, señaló a Murillo entre una lista de presuntos responsables de tortura y desaparición forzada, donde también figura el exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, prófugo de la justicia desde 2020 y refugiado en Israel, un país con el que México no tiene acuerdo de extradición.
No es la primera vez que Murillo Karam ni otras autoridades federales, como la Marina, son señaladas de fabricar pruebas e incluso torturar a detenidos para diseñar una versión oficial sobre lo que sucedió esa noche, conocida como “verdad histórica”. Desde 2016, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que ha investigado el caso de manera paralela a las autoridades, cuestionó la veracidad de las conclusiones de la Fiscalía de esos años. Y en un último informe presentado en marzo, se desveló un vídeo inédito en el que se observaba a los agentes de la Marina manipulando una falsa escena del crimen en el basurero de Cocula.
Ahí aterrizó Murillo el 27 de octubre, según las imágenes, junto a un convoy de la Marina. Unas horas antes, los agentes habían explorado la zona, sacaron bolsas y objetos y metieron otras en una camioneta. Después, hicieron una hoguera. El objetivo, según el grupo, fue colocar los huesos de uno de los 43 en el río, de Alexander Mora, apuntalando la versión del basurero, que el Gobierno de Peña Nieto mantuvo años después. Según esta narrativa, severamente cuestionada estos años, el grupo criminal Guerreros Unidos habría asesinado y quemado allí a los 43 estudiantes, y después arrojado sus restos a un río cercano.